jueves, 11 de octubre de 2018

"Pulguita" Rodríguez



Luis Miguel Rodríguez es el jugador emblema de Atlético Tucumán, que jugó y marcó en la final de Copa Argentina frente a River. El "Pulguita", como lo conocen todos, siempre tuvo metas claras y firmes, incluso a los 24 años y pese a que una década antes la vida le había asestado golpes muy duros. Por eso, cuando Gustavo Grabia lo consultó en octubre de 2009 sobre qué hubiera pasado si aceptaba la oferta del Real Madrid, no dudó en responder: 
"No pienso en eso. Además, quién sabe, quizá cumpla con la meta de dejar a Atlético en Primera y después pase a Boca, del que soy hincha, o me vaya al exterior. Igual, no quiero ser desagradecido: miro hacia atrás y me doy cuenta de que Dios, un día, decidió que mi sacrificio valía la pena y me premió". 
  
SUS INICIOS EN EL INTER DE ITALIA, LA OFERTA DEL REAL MADRID Y LA MAYOR FRUSTRACIÓN DE SU CARRERA 
  
 Me arruinaron la vida, pero aquí estoy 
Desde un comienzo, el "Pulguita" mostró condiciones para el fútbol. Siendo muy joven alcanzó el récord de marcar 12 goles en un partido oficial para el equipo de su pueblo, Unión Simoca, de la Liga Tucumana. Fue por eso que no sorprendió cuando le llegó la oportunidad de destacarse en el Inter de Milán, donde forjó una gran relación con el africano Obafemi Martins y su compatriota Javier Zanetti. En ese equipo italiano había jugadores de la talla de Ronaldo, Roberto Baggio, Álvaro Recoba, Iván Córdoba, Clarence Seedorf, Iván Zamorano, Christian Vieri, entre otros. 
  
Todo comenzó en junio de 1999 cuando, junto con los managers Hugo Juárez y José Ismail, formó parte del proyecto ORI, una filial del Inter en el país. Estando en Simoca, un pueblo de casi 10 mil habitantes ubicado a poco más de 50 km de la capital de Tucumán, lo vinieron a ver del club Arezzo. En sólo tres meses se ganó un lugar y con 14 años, jugando en reserva, la rompió en un amistoso contra el Inter. Sorprendidos por la aparición del joven tucumano, los directivos del "Neroazzurro" lo convocaron dos años después, en 2001, para jugar el Ditrento y querían que continuara, pero los primeros problemas con su representante, Carlos Ismail, aparecieron 
  
"Quería quedarme, pero me hizo volver. En 2003, con ORI, jugué el Mundialito en Las Canarias. Nos eliminó Barcelona, pero me eligieron el mejor del torneo. La selección mexicana juvenil jugaba un amistoso contra Real Madrid y me invitaron. Anduve tan bien que le interesé al Real. Pero Ismail dijo de nuevo que no por el vínculo con Inter, que al final se rompió. Después de eso, llegó lo de Rumania que fue el colmo y pegué la vuelta. Y pensar que me querían en Real Madrid…", se lamentó. (Nota a La Gaceta, agosto 2007). 
  
EL DESAMPARO EN RUMANIA PARA DECIRLE ADIÓS AL FÚTBOL 
  
"Lo de Rumania" fue la gota que colmó la paciencia y que rompió sus sueños. Siendo aún muy joven, y con el dolor de no haber podido continuar su carrera en el Inter y el Real Madrid, llegó una nueva oportunidad en Europa. Su representante se contactó con gente de Rumania y, junto con otras cuatro jóvenes promesas, Luis Miguel Rodríguez fue en busca de revancha. Pero todo empeoró. 
Con 18 años, estuvo diez horas desamparado en la estación de trenes de Bucarest, porque quien debía recogerlos para llevarlo a una prueba nunca apareció. Sin dinero, ni comida, y totalmente abandonados, el "Pulguita" sintió un puñal en el corazón. Ya no había más por qué luchar. 
  
 Decidí volver. No quería jugar más 
  
Lo primero que hizo al arribar a su ciudad natal fue querer romper el contrato con su representante. "Lo negativo de todo no es no triunfar, sino que no me dejaron. Ismail me manejaba como si fuera su títere. Iba de un lado a otro y a los tres meses volvía. Llegaba a un club con toda la ilusión y al día siguiente me despertaba con la mala noticia. Me arruinaron la vida". 
Sin embargo, se le presentó otro duro revés. Como sus padres le habían firmado un poder a su representante, no pudo rescindir el contrato. Fue así como decidió larg 
ar el fútbol. 
  
SU TRABAJO COMO PEÓN DE ALBAÑIL, PINTOR O "LO QUE SALIERA". LOS DURÍSIMOS TORNEOS DE BARRIO POR 70 PESOS 
  
"En tres meses pasé de que el Real Madrid se interesara en mí a ser ayudante de albañil. Pero por mi hermano mayor y por mi viejo, salí. Papá… ¿sabés qué? Papá nunca conoció a su padre y su mamá se murió cuando tenía ocho años. El tuvo una vida tremenda pero salió adelante porque era un luchador. Y nos transmitió ese espíritu. Cuándo yo veo lo que construyó… nosotros somos nueve hermanos y él tenía que mantener a 11 personas y en mi pueblo, Simoca, mucho trabajo no hay. Ojo, un plato por día había siempre, pero ropa les compraba a dos o tres y el resto tenía que esperar. Botines no tuve nunca. Jugaba con zapatillas cuando había y si no, descalzo. Yo dormía con cinco hermanos en una habitación y ahora estoy en un hotel concentrando, la cama hecha, comida en la mesa, no lo puedo creer. Cómo no le voy a agradecer a la Virgen", reconoció el "Pulguita". 
  
Pero los meses pasaban y lo que ganaba como ayudante de albañil tampoco le alcanzaba. Como el dinero en la numerosa familia escaseaba, comenzó a jugar torneos por plata. "Me pagaban 70 pesos por jugar tres partidos por fin de semana. Ojo, tenés que estar mal de la cabeza o muy desesperado para jugar ahí. Porque las canchas tienen alambre de púa y si vas por la raya, los defensores te tiran contra ahí. Además, no podés gambetear, porque si lo intentás, te rompen. Se juega sin canilleras, sin nada, y te van directamente al hueso. Ojo, no me arrepiento: me permitió comer y ahora en Primera, cuando los defensores te vienen a ablandar, yo me río. Mirá si me van a correr con eso. Con la vida que tuve, a mí no me asusta nada", aseguró en un mano a mano con Grabia para el diario Olé hace pocos años. 
  
SU REVANCHA EN EL FÚTBOL GRANDE GRACIAS A LA AYUDA DE SU HERMANO Y EL SELLO QUE DEJÓ EN EL "DECANO" 
Fue su hermano Walter el "Pulga" Rodríguez, ex jugador de Atlético Tucumán, quien lo convenció de volver. El "Pulguita" nunca supo cómo recuperó el pase, pero su propia sangre lo trajo de regreso. Ganó rodaje jugando en el equipo del sindicato UTA, se sumó a Racing de Córdoba hasta que dio el gran salto al "Decano", donde tuvo dos ciclos muy exitosos. Sin embargo, fue el maestro Jorge "Indio" Solari quien lo apuntalóen sus inicios en el club y quien le brindó los lineamientos para triunfar en cada etapa que fue desde el Torneo Argentino A, pasando por la B Nacional y llegando la Primera División. 
  
Además de lograr cuatro ascensos (uno con Racing de Córdoba y tres con Atlético Tucumán), el "Pulguita" vistió los colores de Newell's Old Boys de Rosario, aunque su paso fue muy breve. Fue en el "Decano" donde consiguió los logros más importantes a nivel personal: superó la barrera del centenar de goles en la institución y terminó dos veces como goleador del campeonato (2009 y 2013, en ambos marcó 20 tantos). 
  
  
  
 

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